El recorrido comienza en la plaza Nueva, que es amplia y cuadrilonga, y está presidida por la estatua ecuestre de Fernando III el Santo, el rey conquisto Sevilla en 1248. Aquí abre su puerta principal el Ayuntamiento .(El telefono es: 954-590-101; Para mas informacion: http://www.sevilla.org/ ; visitas gratuitas guiadas martes, miércoles y jueves, 17.30 y 18.00; festivos y agosto, cerrado).
La gran construcción plateresca de la capital, emprendida en 1527 por iniciativa de Carlos V. Lo más vistoso del interior es la sala capitular, con su techumbre de piedra compuesta por 35 casetones en los que aparecen esculpidos los retratos de los reyes de España anteriores a Felipe II. Y del exterior, la fachada trasera, con su multitud de puerta y ventanales acompañados de medallones de personajes mitológicos e históricos.
Nadie diría, viendo tanta figura egregia, que dentro se discute sobre saneamientos, recogidas de basuras y otros negocios similares. Para admirar esta fachada, la posterior, hay que atravesar un pasadizo monumental conocido como el Arquillo y plantearse en la vecina plaza de San Francisco. Desde los días del rey san Fernando, este fue el espacio público más importante de la ciudad, escenario habitual de torneos, juegos de cañas y corridas de toros. Y también de ejecuciones públicas, que en tiempos de Inquisición se celebran a razón de una cada tres semanas y congregaban a mas de 20.000 personas, atraídas no tanto por la escabechina como por los 40 días de indulgencia que concedía el arzobispo a los asistentes.
Frente al Ayuntamiento se levanta la antigua Audiencia, actualmente sede de una entidad bancaria, con su gran soportal y su patio del mejor estilo sevillano.
De la plaza se sale por la archifamosa calle de Sierpes, que no tiene nada de particular, ni es ancha, ni larga, ni monumental, ni esconde ningún rincón cautivador, pero ha sido señalada por el destino como zona de máximo trasiego y punto de encuentro universal, alrededor del cual se concentran bares de tapas, cafés y confiterías como La Campana, la más célebre de la ciudad. Es la artería comercial más importante, pródiga en tiendas de moda y en almacenes de toda la vida donde se venden sombreros, abanicos o mantillas. Y también la vía literaria por excelencia: una lapida, al poco de entrar en ella, recuerda que aquí estuvo la Cárcel Real, donde el reo Cervantes, para matar el tiempo, empezó a escribir el Quijote.
Doblando a la izquierda, por la calle de Jovellanos, se accede a la capillita de San José, antigua sede del gremio de carpinteros. Mientras que a mano derecha, por Sagasta, se va la plaza del Salvador, lugar de terrazas y bodegas. Esta céntrica plaza, esta denominada por la mole barroca de la iglesia del Salvador
(El teléfono es 954-211-679; Para más información en:
www.colegialsalvador.org; El horario es todos los días de 11.30-13.30 y 19.00-21.00; la entrada es gratuita).Los restos de la mezquita, se descubren saliendo de la iglesia hacia la calle de Córdoba. Luego hay que subir por esta y atravesar a lo largo la plaza de Jesús de la Pasión, de hondo de sabor popular.
Sus riquezas, no menos enormes, se concentran en la capilla mayor, en el coro, en la capilla real y en la sacristía mayor, esta ultima decorada con varios cuadros de un tal Murillo; pero cualquier lugar u objeto en que se ponga la mirada es un tesoro artístico.
El fatigoso ritual del turista exige subir a lo alto de la Giralda caracoleando por sus 35 rampas, y las normas de visita de la catedral, salir por la puerta norte, la del Perdón, después de atravesar el patio de los Naranjos. Una vez en la calle, se ha de rodear la catedral hacia la izquierda, por la avenida de la Constitución, para acercarse a conocer el vecino Archivo de Indias
(El teléfono es: 954-500-528; Para más información:
www.mcu.es/archivos/MC/AGI/; El horario de visitas es de lunes-sábado (9.00-16.00); domingos y festivos (10.00-14.00); visitas guiadas gratuitas a las 12.00 y los fines de semana también a las 13.00)
No hay comentarios:
Publicar un comentario